Tengo un recorte que salía con las recetas de la revista Viva que se llama "De aquí, de allá y de mi abuela también" la autora es la genial Blanca Cotta, el tema que trata es el frío y dice así:
¡Odio el frío! Sin embargo, el rigor de este invierno despertó en mi los más cálidos recuerdos de mi infancia.Cómo me gustaría- aunque mas no fuera por un ratito- regresar el tiempo, tan solo para sentir a mamá arropándonos exageradamente, o pre calentando nuestras camas con ladrillos calientes envueltos en diarios y algún suéter viejo. A veces a nuestra calefacción central la resolvía con una humeante candela: yema batida con azúcar y leche hirviendo hasta llenar la taza de espuma. En La Pampa el frío se hace sentir de verdad. ¡Todos los charquitos congelados! Y nosotros, encerrados en casa nos divertíamos dibujando con los dedos en los vidrios empañados. La cocina económica era nuestra calefacción. Nos gustaba abrir la puertita por donde se alimentaba el fuego y echar en las cenizas las batatas que una vez asadas y tiernas descabezabamos y comíamos con una cucharita. Pero lo que mas añoro de esos inviernos pampeanos es la sensación de felicidad que disfrutábamos al sentirnos protegidos por la calidez hogareña. Ese vivir en familia, tan alejados de las ganas de echar alas y lanzarse a volar y tan cerca de esos versos de Miguel Hernández: Desperté de ser niño: nunca despiertes; triste llevo la boca: ríete siempre. Siempre en la cuna, defendiendo la risa, pluma por pluma.
Siempre que surgen las discusiones sobre si es mejor el frío o el calor, el invierno o el verano, mis hermanas de enojan porque es como que cambié de postura con los años, siempre preferí el calor, vivía en el campo, el calor es cómodo usas poca ropa, tenes ganas de salir, vas al arroyo, bañarse no es un pesado trámite, la gente está como mas alegre...todo eso es cierto pero desde que estoy en la ciudad el calor es tan agobiante, hay que pasar encerrados con aire acondicionado, no podes salir al patio hasta tarde muy tarde, a la noche hay mosquitos, no tenes ganas de comer, no proyectas nada porque en lo único que estás cómodo es adentro de una pileta...en fin los argumentos de un lado y del otro pueden resultar interminables y seguiremos sin estar de acuerdo, yo lo que pretendo acá es comprender porque YO le encontré la vuelta al frío y es en primerísimo lugar porque gracias al Buen Dios tengo un hogar y el frío nos exige vivirlo en forma contundente, hay que estar encerrados, protegidos, inventando, calentando, nidando y ahí es donde está mi mayor felicidad. Lo que la autora dice mas arriba es totalmente cierto, me generó una gran nostalgia (seguro hay mil sucesos veraniegos que también añoro, pero es como mas obvio) la gran sorpresa es que del invierno hay muchos recuerdos gratos; carneadas, mañanas de polenta frita con chorizo o morcilla calentada y una "tazota" de café con leche, mirar por la ventana, meternos a la cama grande a dibujar, mirar libros, bajar la caja de revistas o fotos, las mandarinas al sol de la siesta, el circulo de hielo flotando en los baldes, los guisos deliciosos, las botas de goma y los gorros, las poleras, las camisitas verdes de plush, tantas cosas lindas exclusivas de esa etapa que iba de mayo a agosto...y por fin la sorpresa de los arboles con brotecitos, aflojar con la ropa de lana, un olor distinto en el aire, los días "ya se nota que son mas largos", mas pajaritos, mas mariposas...la primavera se acerca y es una fiesta.
Y los anhelos ¿nadie quiere vivir una blanca Navidad? Nuestras navidades ¿no tienen mas de invierno que de verano aún en pleno diciembre por estas latitudes, herencia de abuelos que la vivían por otras y se la trajeron con todos los detalles? ¿Nadie quiere conocer y tocar la nieve? (reconozco que me gustó mas la arena de playa pero es hermosa) ver desde la ventana de una casita la montaña nevada, un buen fuego y una ronda de historias y chocolate... y que sería de algunas novelas y cuentos si no fuera ´por el frío,pensemos en Bajo las lilas, Mujercitas, Heidi, Un cuento de Navidad...tienen un encanto muy especial las escenas invernales de estos libros...nadie quiere conocer Rusia, Canadá, Alaska...tienen su belleza aunque dan sensación de frío y nuestra Patagonia es lo mas bello de Argentina con sus vientos y nevadas, es increíble.
No voy a decir que me gusta el invierno porque no es del todo exacto pero no puedo odiarlo, se las ingenió para que al menos le encuentre belleza y poesía en sus cortos y tristes días de antes y de ahora.
El invierno de Giuseppe Arcimboldo.
Ahí se ve la "puertita" de la cocina económica.
Nevada en nuestra ciudad año 2007 (rarísimo)
Abrigaditos adentro
La carneada
En la montaña
En el mar.
Hasta la próxima.
Laura.
Sabes que me cuesta bastante compartir con vos ese encanto con el invierno... Pero me parece muy dulce lo que escribís y está bellamente decorado con fotos tan memorables. Besos
ResponderEliminarviste viste, reconozco que hice un poco de trampa están estratégicamente escogidas para que guste jajajaa
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