martes, 19 de junio de 2012

Conectar con los mas pequeños

Un lindo articulo relacionado con lo que ya publiqué sobre los niños y el arte...

A menudo hablamos a los niños como si fueran adultos. Error. Hay que cambiar el código.
Sustituir la explicación conceptual por la narración simbólica, por cuentos e historias.
Cuando mi hija empezaba a leer, un día, libro en mano, me preguntó:
–Papá, ¿qué es generoso?
Se lo intenté explicar lo mejor que pude. Le conté que ser generoso consiste en dar a los demás,
en compartir las cosas, en no quererlo todo para ti…
–¿Lo has entendido? –le pregunté.
Al tiempo que corría por el pasillo hacia su habitación, oí que me contestaba:
–Creo que sí.
Pasaron algunas semanas, y una tarde me volvió a preguntar:
–Papá, ¿qué era lo de generoso?
Batalla perdida, pensé. Quizá lo había entendido en su momento, pero evidentemente no lo había interiorizado,
y por ello ya no lo recordaba. Probé con otra estrategia: en lugar de insistir con mis explicaciones,
le conté una historia. Un ejemplo de generosidad de una persona muy cercana a ella: su abuela.
Escuchó atentamente mi relato con los ojos abiertos como platos y con una gran sonrisa en sus labios.
Yo noté que esta vez algo se estaba moviendo dentro de ella.
Algunos meses más tarde, volviendo de la escuela me dijo:
–¿Sabes, papá?, hoy en el cole hemos hablado de lo de ser generoso. Y yo les he dicho: “Como mi abuela”.
Ahora estaba seguro: no sólo lo había entendido, sino que probablemente lo recordaría para siempre.
Conectando con los niños.
“La distancia más corta entre el hombre y la verdad es un cuento”
(Anthony de Mello)
Como adultos, estamos acostumbrados a comunicarnos mediante explicaciones conceptuales.
Un código de comunicación que compartimos y que permite que nos entendamos perfectamente entre nosotros.
Lo utilizamos cuando nos comunicamos entre adultos y, por extensión, lo utilizamos también con los niños.
Pero la mente infantil es poco receptiva a este código. A los niños les cuesta entrar en el significado de los conceptos,
y aunque los pueden entender, difícilmente los recuerdan por mucho tiempo.
Las explicaciones conceptuales calan muy poco en sus mentes infantiles, y les llegan muy poco.
Por eso nos parece que tenemos que repetirles doscientas veces las cosas para que las asimilen,
cuando lo que ocurre es que no les interesa lo que les contamos. Y es que sin darnos cuenta,
les hablamos en un código de adultos que los adultos entienden y comparten, pero que a ellos les es completamente ajeno.
Pero comunicarnos con los más pequeños no es difícil. Exige solamente un cambio de código.
Hemos de abandonar las explicaciones conceptuales y cambiarlas por la narración simbólica, es decir, las historias,
los cuentos, las metáforas, las vivencias, o cualquier otro recurso narrativo que se nos ocurra.
Podemos explicarle a un niño veinte veces la necesidad de comer verduras. Ni le interesará ni lo comprenderá realmente.
Pero una buena historia, con un héroe alimentado de verduras (al más puro estilo de Popeye y sus espinacas), le transmitirá perfectamente la idea, y no lo olvidará fácilmente.
El poder de las historias
“La mente es una criatura metafórica” (Michael A. Arbib)
La mente de los niños es especialmente sensible a la fantasía. Y lo que es más importante, como son muy listos, son perfectamente capaces de conectar esta fantasía a su vida real aprendiendo de las historias.
Las historias comunican mucho más que las meras explicaciones. En primer lugar, porque el niño las visualiza, las imagina, las vive. Las hace suyas, atesorándolas y fijándolas en la memoria. En segundo lugar, porque conectan con sus experiencias y con todo lo que ocurre a su alrededor. El niño le da significado a la historia estableciendo precisos paralelismos con su vida. Las historias conectan con vivencias y realidades que son únicas e individuales de cada niño que las recibe. Y en tercer lugar, porque las historias mueven emociones, cosa que difícilmente hace una mera explicación. Mover sentimientos es una clave esencial para fijar el recuerdo. No sólo en los niños, también en los adultos, las cosas que sólo se entienden, se olvidan. Las que además se sienten, se recuerdan para siempre.

lunes, 18 de junio de 2012

El Arte en el Nivel Inicial

Dejo este hermoso texto que ni recuerdo de donde lo tomé, pero es hermoso y al final algunas apreciaciones propias de mis tiempos de residencia en nivel inicial...

No hablemos más del arte…
Metamos los pies en el charco, como los niños…
Siempre la calle desde allí se ve más bonita…
Propongámonos ser al menos artesanos de nuestra
propia vasija, de nuestro propios cuencos.


Este espacio propone una invitación:
Descubrir y manifestarnos a través del juego estético
y así ir aprendiendo a elegir formas con las que queremos que crezcan
nuestras niñas, que nos sirvan como lugar de proyección grata de
nuestro interior, de nuestros valores.

¿Qué me quieren enseñar? ¿Qué tengo que
aprender para ser quien soy? ¿Qué es lo que
despertará mi capacidad de sentir felicidad?
¿Qué emociones sembrarán en mí los
sentimientos amenazantes? ¿Y los benévolos?
¿Se detendrán a pensar qué efecto podría
causar en mí tal o cuál situación, tal o cuál
imagen? No me gusta el miedo, pero quiero
saber cuidarme.

¿CUÁL ES ENTONCES EL LUGAR QUE PODRÍA SER NECESARIO PARA QUE UBIQUEMOS AL ARTE EN
LA PRIMERA INFANCIA?


Devenir persona junto a otras personas sensiblemente es el
primer compromiso. Devenir personas lindas, es el segundo. Jugar con las formas
para evitar prisiones. CRECER EN ABUNDANCIA DE FORMAS, NO DEL
TENER SINO DEL SER.

Comenzar a compartir aquello que nos hizo bien, que nos parece bello, que
queremos que otro también lo posea como bien.
La sugerencia compartida es otra forma que adquiere la experiencia cuando
no puede ser vivida conjuntamente.

¿CÓMO SERÍA LA TIERRA FÉRTIL EN LA QUE CRECERÍA UN ESPÍRITU
SENSIBLE A LO ARTÍSTICO?


Una tierra en la cual...
desarrollar la observación de la naturaleza humana, los animales y plantas
estar abierto a la contingencia
tener curiosidad
desafiar el ingenio
desarrollar la capacidad de goce
jugar con las formas, en su sentido más amplio
aceptar las formas del otro (el yo sólo se conforma si hay un otro)
celebrar todo encuentro con otro (como encuentro de humanidades)
desarrollar el humor... buscar, pensar con humor
ser serios al emprender una tarea creadora
tener tenacidad luego de los actos de elección
activar cotidianamente la capacidad de jugar
procurar la autonomía formal, hablar intentando la propia voz
permitirse pensamientos poéticos
ser amantes de la belleza
ejercitar la generosidad
pensar en abundancia
procurar desarrollar fundamentos para la hospitalidad
frecuentar estéticas diferentes y entender sus porqués
ejercitar la capacidad de descentrarse para encontrar nuevas formas de uno mismo
procurar abundancia en la afectividad
el protagonista en cualquier espacio creativo, colectivo o individual para
comprender realmente el alma del arte.

¿QUÉ ES LO QUE MATA AL ESPÍRITU ARTÍSTICO QUE CADA HUMANO
TIENE LATENTE?


Los actos mecánicos
la desconexión entre el pensar, el sentir y el hacer
la negación del placer por el placer
el uso de lo simbólico como signo
la tendencia a la explicación y a la normalización exacerbada
el tomarse a sí mismo gravemente
la mirada a la humanidad desde un único punto de vista
la actitud de juzgamiento
la alimentación de lo burdo, lo grosero, como forma de la vida cotidiana
la falta de búsqueda más allá de lo dado
las disciplinas académicas sólo en función de sí mismas
la ausencia de vacíos para el silencio, lo blanco, el ensimismamiento
la falta de ideas
la rigidez, el temor al ridículo
la convicción de que uno no puede.



¡¡¡EXCELENTE!!!

Acá van algunos de mis registros...
 En la actividad sobre naturaleza muerta, la docente preguntaba y registraba las respuestas, fue bastante dirigido, pero algunas cosas salieron de los chicos. Habían trabajado esto por primera vez con la directora un día que la docente no pudo estar. El concepto de naturaleza muerta estuvo un poco simplificado “es lo que no tiene vida”, en realidad como movimiento artístico es un poco mas profundo, son elementos de la naturaleza que estuvieron vivos y se los retrata muertos (frutas y verduras separadas de la planta, animales de caza o pesca muertos, etc.) también se relaciona con la luz el color, la representación, la inspiración, todo esto no fue explicitado.

Luego al presentar el cuadro (personalmente no me gustó). La lámina estaba descuidada, la docente les hizo contar los zapallos y les aclaraba que no había que hacer ni más, ni menos, qué había que ubicarlos tal cual aparecían en el cuadro. Luego les repartió color naranja para los zapallos, juntó ese color y repartió verde para los cabitos. Me resultó dirigido, un mero copiar algo, no partir de un goce o mirar el cuadro como expresión artística (por supuesto que se ven los colores, los objetos, la disposición) pero desde un lugar mas libre, como fuente de inspiración. Afortunadamente los chicos tienen algo así como un don para la expresión y no fueron tan “respetuosos” del original. Lo que me da cierta pena es que el arte no se presenta como algo placentero, que apunta al sentimiento y despierta sensaciones, sino como algo explicado, descriptivo y puede no generar verdadero goce.

Respecto a la obra de arte ya dije algunas cosas en el día anterior, agregaría que no me termina de convencer la forma en que se exponen los trabajos de los chicos, los pinchan de una esquina de la hoja en un ganchito, esto hace que quede torcido, yo los pondría en las esteras de tergopol, si no alcanza el friso para ponerlos en forma horizontal. Lo digo porque el diseño hace hincapié en el respeto por las producciones y estos pequeños detalles empañan ese respeto.
La docente presentó la obra “Los girasoles” de Van Gohg, pegó la lámina en la puerta e hizo observar desde las mesas. Los chicos decían vemos flores, florero, luego la mesa, les iba preguntando los colores y finalmente señalando un costadito del jarrón la docente preguntó ¿Y acá qué hay?, los nenes de atrás decían líneas, color, solo los que estaban debajo dijeron letras. Me pareció muy pequeña la réplica o yo hubiera tomado otra estrategia, ponerlos en ronda y pasarla, o pasarla por las mesas, o tener replicas pequeñas para las mesas.
La docente repartió hojas celestes y comenzaron a dibujar, muchos nenes empezaron haciendo una mesa con patas, (el cuadro tiene solo una línea que la sugiere) entonces la maestra los hizo borrar y hacerla “como en el cuadro".
 Personalmente no lo haría así, el cuadro es un disparador, un motivo de inspiración, no algo que me encasilla. Es cierto que se pueden generar nuevas ideas expresivas por ejemplo decir “ven que con solo una línea nos damos cuenta qué es una mesa y no es necesario que se vena las patas ¿por qué?”  ¿Qué otras cosas podemos pintar como “escondidas”? o ¿Si esto es una mesa dónde están las patas, cómo saben qué es? Etc. Es decir guiar la observación pero no “corregir” una creación.
 Insistía mucho en que dibujen grande, una intervención interesante fue “miren las flores ocupan todo el cuadro” “no tiene que quedar lugar”.
Respecto a las flores, los chicos dibujaban las clásicas margaritas, yo hubiera intervenido diciendo ¿cómo son los pétalos del girasol, cómo los podemos hacer? Cuando pintaban esto surgió de parte de un nene que dijo “las flores son con piquitos” otro dijo “algunas están caídas” en ese momento la docente hizo observar a todos los chicos. Creo que esas son oportunidades para romper estereotipos, para que los niños avancen en procedimientos, formas de expresarse, pintar también es un desafío, un bello desafío si lo sabemos proponer.
Por hoy nada más, pero con este tema la voy a seguir...
Hasta la próxima

martes, 5 de junio de 2012

Una belleza para ilustrar este blog

http://www.youtube.com/watch?v=VkfKUqNnkZ4

Una querida amiga, me recomendó el power y los creadores del mismo me parecen un ejemplo...