miércoles, 13 de febrero de 2013

De convulsiones, lágrimas, risas y sonrisas…


 A veces la vida nos pone en circunstancias muy difíciles y dolorosas, y de nosotros (al menos de mí) surgen sensaciones o pensamientos oscuros, desagradables, ideas que fuera de esa situación nos estremecerían, sin embargo en los momentos límites es donde somos lo que somos y también aprendemos para después, bah eso creo… de esto voy a hablar en este post, aclaro de antemano que algunas frases que van a leer puede herirles la sensibilidad (o quizá querido lector dolido y cansado te sientas identificado y te ayude a alejar el miedo)…igual tiene final feliz… durante el año 2012 a nuestro peque especial le dieron  algunas convulsiones. Ya se, es epiléptico, ha tenido muchas otras, hemos pasado por estas situaciones otras veces, debería estar acostumbrada no? Sucede que no es así: NUNCA, jamás te acostumbras. En fin, tuvo una que pasó bastante rápido, tuvo una segunda en la cual lo asistí en casa, lo hice bien y con bastante tranquilidad, sólo que al día siguiente no podía casi mover una de mis piernas, estaba como si hubiera cavado fosas toda la noche, llevó unos días recuperarme del shock emocional.
Luego el 30 de diciembre tuvo otra en pleno paseo, lo asistimos y pasó rápido pero la alegría se había esfumado…y al día siguiente en el último día del año, por sentarnos a la mesa con toda la familia, con la mezcla de sentimientos que el momento implica, con los platos servidos a punto de degustarlos unidos y alegres, nuestro pequeñín hizo otra con una violenta manifestación (quizá muy leve como convulsión) que nos asustó a todos, sentí deseos de morir (¡¡si tuviera el anillo de Frodo!!, ponérmelo y desaparecer, evadir el instante infeliz) sentir miedo de que se muera y a la vez (perdón hijo, perdón lector) desear  que así sea para que todo se termine de una vez, pero sabiendo que me desintegraría, todo en milésimas de segundos.
 ¡¡¡hijo mío con cada convulsión se te mueren algunas neuronas y a mamá se le muere la alegría!!!
No puede ser, mamá es valiente, mamá es fuerte, mamá tiene que aprender a soportar, pero no a aguantar por aguantar tiene que aprender a hacerlo, con alegría y entregarte y entregarse las veces que sean necesarias, porque no somos de este, ni para este mundo, sin embargo en ese instante parece ahogarse la fe, solo tiene lugar un ruego que no se manifiesta sino que permanece oculto en lejanos rincones del corazón, se recita solo y asoma en ecos para poder correr, manejar, pedir ayuda y hacer todo lo necesario en estado de lucidez… y otra vez el después, con su dolor de panza, con el alivio, con la compasión viéndolo dormido recuperándose…y seguir y acordarse de cómo era ser feliz y recorrer con el pensamiento otros tiempos donde la imaginación no alcanzaba semejantes premoniciones. Normalmente la recuperación llega en un par de días, pero esta vez duró un poco más con lágrimas, llantos con hipo y todo, ya había pasado, estaba todo bien otra vez, sin embargo mi alegría andaba extraviada quién sabe dónde, me sentía atrapada en un lugar sofocante, sola y sin salida y si me preguntaba por qué, no había una respuesta concreta, solo se había marchitado mi jardín interior, con todas mis flores secas, mariposas muertas y aves mudas entonces recordé a Nuestra Señora de la Sonrisa, que había curado la tristeza de Santa Teresita de Lisieux. En la misma ciudad que despedimos el 2012 tan difícilmente hay una grutita con su imagen y la de la santa, (no creo en las casualidades).
Busqué información y encontré  ESTA bella página y recité serenamente su oración y me fui acomodando en sus brazos y fui sintiendo la suavidad de su caricia y de su manto y su dulce mirada y su dulce sonrisa, no sé si me sané, no sé si alguna otra vez no volverá a quedar mi alegría sepultada entre escombros, pero ahora sé a quién recurrir (no es que mamá María no me acompañe en estos momentos, lo hace, porque suelo estar serena, fuerte,  sé qué hacer, etc.) se trata de no perder la alegría, se trata de no darle tregua a la tristeza, de mantener la fe, la verdadera fe del que se abandona sin condiciones para vivir con el suave dolor de los que sufren en cruz.

¡¡¡ Madre de la sonrisa, ruega por nosotros!!!


Nunca podrás, dolor, acorralarme
Del libro "Testamento del Pájaro Solitario"

Nunca podrás, dolor, acorralarme.
Podrás alzar mis ojos hacia el llanto,
secar mi lengua, amordazar mi canto,
sajar mi corazón y desguazarme.

Podrás entre tus rejas encerrarme,
destruir los castillos que levanto,
ungir todas mis horas con tu espanto.
Pero nunca podrás acobardarme.

Puedo amar en el potro de tortura.
Puedo reír cosido por tus lanzas.
Puedo ver en la oscura noche oscura.

Llego, dolor, a donde tú no alcanzas.
Yo decido mi sangre y su espesura.
Yo soy el dueño de mis esperanzas.
 Hasta la próxima
Laura

1 comentario:

  1. HAY LAU SIEMPRE HABLAMOS DE LO MISMO,Y NUNCA PUEDO EXPRESAR LO QUE SIENTO...AVECES PIENSO PORQUE TANTO A ELLA Y NADA PARA MI(AUNQUE ME MUERO DE MIEDO POR LO QUE DIGO JA).QUISIERA PODER COMPARTIR MÁS ESA CRUZ MÁS "FISICAMENTE" NO SE COMO EXPLICARLO,TRATO DE PONERME EN TU LUGAR,PERO SÉ QUE ES DIFICIL PORQUE SOLO EL QUE LO VIVE LO COMPRENDE...LO QUE SI SÉ ES QUE ERES UNA MAMÁ LUCHADORA,QUE NO BAJA LOS BRAZOS,AUNQUE PAREZCA QUE UN TREN TE HAYA ATROPELLADO,QUE TIENES UNA FE INQUEBRANTABLE(ALGO QUE YO NO TENGO),QUE TE ADMIRO AMIGAZA POR TODO LO QUE HACES POR JUANI Y POR TODA LA FAMILIA...TE QUIERO MUCHO.

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