Cuando nació
mi primer hija tuvo que estar un día en neonatología porque se había puesto
amarilla, allí había una mamá con sus mellis que habían nacido prematuros, en
un momento de espera le digo: -Qué difícil dar la teta te duele todo y la bebé
no toma nada- NO TE RINDAS!!!- Respondió y se me grabó a fuego su imperativo.
Cuando nació
mi hijo se fue de inmediato a neo, necesitó oxígeno, luego de dos días necesitó
el respirador, por lo tanto fue imposible darle de mamar, yo comencé con un
aparato a sacarme leche, en principio para que no duelan mis pechos y la guardaba
en el frízer en frasquitos estériles rotulados con fecha y hora. Los días
comenzaron a pasar el panorama en lugar de mejorar empeoraba, Juani se
alimentaba con suero parenteral. Yo seguía guardando la leche, levantándome en
la madrugada para seguir estimulando la secreción y en esas horas oscuras
pensaba “será que mi bebé va a tomar esta leche, la tendremos que regalar o
tirar, Dios me susurraba pero no le entendía y guardaba un nuevo frasco y me
iba a dormir con esperanza”. Pasaron mas días, el frízer comenzó a colapsar
y pregunté a las doctoras de neo si la podía donar en el hospital, ellas me
dijeron que eso se hacía en un solo lugar en la ciudad de La Plata (Argentina)
ya que lleva estrictos controles y no se da “así como así”. Ya casi resignada a
tirarla Juani logró salir del respirador y mantenerse respirando por sus
propios medios, lo que implicó empezar a amamantarlo, pero debía seguir unos
cuantos días internado, entonces las chicas (divinas todas) comenzaron a darle
lo que yo había guardado comenzamos por el calostro y finalizamos con el ultimo
frasquito días antes del alta. Luego tomó la teta normalmente hasta los ocho
meses de vida y en cada encuentro recuperamos el tiempo “perdido” estando
unidos, mirándonos acariciándonos, comunicando tanto amor y agradecimiento,
disfrutando plenamente, gozando profundamente.
Mujeres los
primeros días cuestan, duele, sangra, no sale, nos contracturamos, el bebe
llora y tiene hambre, los dedos de los pies se retuercen para dejar escapar el
dolor, no hay crema, sol, ni ducha que calme el ardor, pero pasados esos
momentos críticos la lactancia se instala y nos trae solo beneficios: placer,
unidad, comunicación, defensas, calor, vínculo, apego, comodidad, es fácil de
llevar, es económico, es higiénico, es sin riesgos, le hace bien a nuestro
cuerpo ya nuestra alma,.
De nuestras
entrañas, de nuestra sangre sale todo lo que multiplica las células de un hijo,
las mejillas rozagantes tomaron materia prima de nuestro cuerpo, somos alimento
y confianza y en los peores momentos es lo mejor, es una certeza. NO SE RINDAN.
En el
siguiente link podrán ver fotos de madres de diversas culturas amamantando a
sus bebes, es imperdible.http://www
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