En el libro
“Canciones para jugar” de editorial Ediba hay un pequeño texto sobre la
creatividad que me fascina y dice así:
Todas las
personas, niños, adolescentes, adultos, son estimuladas por la relación con el
mundo que, a veces, les permite crecer y desarrollarse bien y en otras
ocasiones inconvenientes que obstaculizan el crecimiento. El concepto de
crecimiento, para el caso, se puede unir al de creatividad, entendiendo que
para poder hacer un buen crecimiento es necesario adoptar una actitud creativa
frente a la vida.
Dice Gianni Rodari:
“La función creadora de la imaginación, pertenece al hombre común, al
científico, al técnico, es tan necesaria para los descubrimientos científicos
como para el nacimiento de la obra de arte, e incluso condición necesaria de la
vida cotidiana…”
“…Precisamente,
porque la imaginación se construye sólo con materiales tomados de la realidad,
es necesario que el niño, para nutrir la imaginación y aplicarla a tareas
adecuadas, que refuercen sus estructuras y alaguen sus horizontes, pueda crecer
en un ambiente rico en impulsos y estímulos en todas direcciones…”
Con respecto a
este tema, Pescetti nos aclara: “…La imaginación, la lucidez, la capacidad
creativa, son herramientas que permiten cierto grado de maniobra, cierta
independencia frente a un devenir mecánico de la existencia. Dan posibilidad de
modelar las circunstancias de un modo
favorable para la propia evolución…”
“…Enriquecer el
mundo imaginario y dar herramientas para la creatividad va mucho mas allá de
producir más y mejor, cualquiera sea el campo de actividad. Es algo que
responde al deseo de libertad, y al impulso, inherente a todo lo que está vivo,
de desarrollar sus potencialidades con la mayor plenitud posible…”
“…Cuando un niño
mete las manos en la arcilla las hunde en su imaginación y, en verdad, en su
mundo interior el que amasa entre sus dedos. En cada dibujo, en cada cuento, la
mente crece, gana en plasticidad para relacionar datos o concebir nuevas ideas,
se modela…”
Gianni Rodari
dice: “…espero que estas páginas puedan ser igualmente útiles a quien cree en
la necesidad de que la imaginación ocupe un lugar en la educación; a quien
tiene confianza en la creatividad infantil; a quien conoce el valor de
liberación que puede tener la palabra…No para que todos sean artistas sino para
que nadie sea esclavo…”
En el mismo
sentido Luis María Pescetti agrega: “…El niño que trabaja con arcilla modela su
vasija, y la vasija lo modela a él. El que juega a cambiar finales de cuentos
va descubriendo que en la vida también hay libertad y maneras para modificar lo
que parecía un final obligado…”
Por eso querido
educador, busquemos permanentemente actividades creativas, para luego recrear
junto con los niños. No nos quedemos con la idea original del juego, hallemos
nuevas formas de jugarlo.
Así termina el
texto me parece precioso, qué nuestros peques jueguen con arcilla, que cuenten,
escuchen e inventen, que pinten, amasen barro, cocinen, resuelvan conflictos pacíficamente,
canten, jueguen, hagan cuentos, poesías, canciones, escenarios….las
posibilidades…infinitas!!!!
Hasta la próxima
Laura
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