Este tema en sí mismo, no me decía
nada, pero teniendo que esperara mi niño en las terapias, habiendo olvidado un
libro, muchas veces me pongo a recorrer revistas, desde hace un tiempo varias
le han dedicado algún espacio a este tema pero desde diversos ángulos, en
especial desde lo familiar. Y ahí es donde me interesó y me puse a leer un poco
más. Pero resulta que se trata de un tópico bastante complejo.
También recuerdo el hermoso dialogo que
tienen el Zorro con el Principito, cuando dulcemente le pide que lo domestique,
dice algo así:
Al otro día el Principito volvió:
-Lo mejor es venir siempre a la misma hora-dijo el zorro- Si sé que
vienes a las cuatro de la tarde, comenzaré a estar feliz desde las tres. A
medida que se acerque la hora más feliz me sentiré. A las cuatro estaré agitado
e inquieto; comenzaré a descubrir el precio de la felicidad! En cambio, si
vienes a distintas horas, no sabré nunca en qué momento preparar mi
corazón... Los ritos son necesarios.
-¿Qué son los ritos?-preguntó el principito.
-Se trata también de algo bastante olvidado-contestó el zorro- Es aquello
que hace que un día se diferencie de los demás, una hora de las otras horas. Te
daré un ejemplo. Entre los cazadores hay un rito. Todos los jueves bailan con
las jóvenes del pueblo. Para mí el jueves es un maravilloso día, ya que paseo
hasta la viña. Si los cazadores no tuvieran un día fijo para su baile, todos
los días serían iguales y yo no tendría vacaciones.
Fue así como el Principito domesticó al zorro.
Encontré
también un recorte de una revista Viva que había guardado sin haberlo leído
demasiado, es una entrevista a Catherine
Bell (especialista en este tema) el titulo decía “¿Qué significan los ritos?” a continuación
algunas ideas que desarrolla esta señora:
Un ritual es una
manera diferente de actuar, que uno reviste de especial significado. Es como si
uno dijera “Voy a hacer algo distinto de lo que hago habitualmente, algo
importante”. No le pongo una definición rígida- dice ella-, acepto como rito lo
que la persona considera como tal. Y creo que lo que los hace eficaces es que
la persona pone el cuerpo a la creencia de que forman parte de algo mayor que
ellos mismos.
¿Cuál es el
sentido? Le preguntan y ella dice sentidos hay muchos, es una forma de invocar
cierta trascendencia y de transmitir valores o hasta identidad. Y en general se tratan de eventos sociales,
en los que se transmite fuertemente la sensación de unión comunitaria.
La entrevistadora luego hace una pregunta interesante o
dos en realidad, sobre la revalorización de los ritos, pero a su vez con esto
de la globalización y la new age la otra pregunta es si al tomar elementos de
diversas tradiciones no se banalizan los ritos?
La respuesta es
inquietante, dice Bell –sí, hay una búsqueda pero muchas veces al tener una
sociedad tan secularizada se vacían de contenido, son ritos truncos, por otro
lado nadie siente la obligación de hacer lo que “sus” tradiciones dicen sino
tomar elementos de otras.
¿Un rito es más
fuerte si tiene el aval de varias generaciones? Creo que si porque la persona
se identifica con una tradición. Hacer algo que se viene haciendo hace miles de
años es una sensación poderosa. Pero no solo en sentido tirano o despótico,
aclara más adelante, si un hombre preso hace todos los días lo que le dicen,
pero se toma 15 minutos para recitar una poesía, esos son minutos de poder,
nadie puede controlarlo y nadie se lo puede quitar.
¿Hay un aspecto
teatral en los ritos? Un rito siempre involucra cierta parte del cuerpo. No es
algo que se piensa solamente, es algo que se lee, se dice o se hace.
La entrevistadora
cita un estudio con niños huérfanos, éste mostró que lo que los ayudó a sanar
fue devolverles sus festividades…ella dice no pongo duda esos niños al perder
sus padre pierden sus valores y expectativas sociales, al recuperar sus
festividades, se reencuentran con su identidad, recuperan su vida pasada, lo
que es muy terapéutico.
Y concluye
diciendo que las tradiciones como Papá Noel o los Reyes magos le parecen
positivas siempre y cuando no caigamos en el consumismo, ya que los rituales de
la sociedad moderna exaltan la cultura de consumo y no es esto lo que buscamos
perpetuar…
Muy a propósito de
esto último habla pilar Sordo en su columna en la revista Susana diciendo...
Aquí dejo el enlace, porque no se
puede extractar es valioso de principio a fin, lo que dice es muy simple:
festejar, hacer regalos, invitar, agasajar, acompañar. Pensemos porque cuando
invitamos gente estamos tan preocupados porque la casa se vea bien (por humilde
que sea) creo que en esto de los ritos está la respuesta. Para que sea algo
distinto “al lío cotidiano” que además en breve se esfuma toda limpieza porque
comemos, jugamos, bailamos, vamos y venimos…pero no importa la magia está en
los preparativos, en pensar los detalles, el dedicarnos es placentero, es terapéutico
es maravilloso.
Rituales o ritos hay muchos,
algunos hasta dan miedo o son ocultos o secretos (tal vez feos) me quedo con
estos los que son familiares, los que construyen identidad, dan fuerza como
comunidad, pienso en diez ritos actuales de los cuales participamos en familia:
-Ir a misa
-Rezar el rosario
- Guardar en cajas las cosas del nacimiento de cada hijo
(regalos, ropitas, estampas, cositas)
-Leer un cuento antes de dormir.
-Reunirnos con amistades los viernes o sábados.
-Celebrar profundamente Navidad y Pascua (y otras fechas del
calendario litúrgico)
-Festejar los cumpleaños y aniversarios (realizar tarjetas,
sacar fotos, armar álbumes)
-Visitar los abuelos.
-Ir al cementerio
-Hacer regalos
Pienso además en los ritos o rituales de mi infancia, los
que quiero perpetuar, los que añoro, los que recuerdo y me hacen bien...
-Escuchar la radio (a la mañana las necrológicas, tema que a
los porteños les resulta muy negativo, para mi es algo natural, a las 20 hs. El
programa de tango que se emite hace como mil años jaja y mi papá adora)
-Salir “a pasear” los domingos. (También ir al cementerio,
llevar flores, un trapito para dejar todo limpio, cambiar el agua, rezar un
ratito, dar un beso en la fotito del ser querido y cuando nos íbamos ir mirando
los nichos, los nombres, apellidos, adornos, epitafios, si, si todo un ritual)
-Comer mandarinas a la siesta en invierno, o en su defecto
un matecito de té. (no me gustan las mandarinas, pero es algo que hacíamos
siempre, para esos tiempos, tengo grabado el sol, el saco de lana, el tronco en
que me apoyaba y el olor de la fruta en todo mi ser…)
-Comer todos juntos en la mesa (cada uno en “su” lugar, que
aún conservamos)
-La navidad con todos sus elementos heredados de nuestra
raíz europea: el pan dulce, el lechón, las tarjetas, los villancicos, los
pesebres, el clima festivo, los regalos…)
- Festejar los 15 años (somos 3 mujeres así que mi papá no
tuvo opción jaja)
- Los días de lluvia revolver un cajón con papeles y libros
(qué placer)
- Los sábados limpieza general, a la merienda pastafrola
horneada en la cocina de leña)
-En verano, cosechar frutas y cocinar dulces.
- En invierno carnear (esto sí que era un ritual).
Creo que además hay rituales aún más cotidianos, en mi caso
la forma de preparar el mate, la forma de tomarlo (cuando no es de esa manera a
mí me falta algo), leer un poquito antes de dormir, o abrir las ventanas los
días lindos, o tomar café a la noche, después de limpiar la cocina, o mirar una
buena película cuando no salimos… en fin cada uno tendrá el suyo.
En este link hablan de salud emocional en los niños a
través de rituales cotidianos de una manera excepcional.
Me queda pendiente (para otro post) los ritos dentro de
nuestra religión: el poder, la unidad, los signos sensibles, el sin fin de
celebraciones, significados, detalles, artes, costumbres, sacralidad, belleza,
armonía, valores, fuerzas, brillos, todo muy profundo y esplendoroso, vale la
pena dedicarle un espacio particular.
Finalizo preguntándote, ¿cuáles son los rituales de tu
infancia o adolescencia que añorás?, ¿cuáles querés transmitir a tus hijos? ¿Cuáles
vivís con tus hijos y querés que se impriman en sus corazones?