Hace poco un
amigo muy particular que tengo dijo públicamente “a una mujer de campo es
imposible decirle, acá mando yo”, lo mismo que a una mujer cristiana “dicen son
sometidas, qué van a ser son muy seguras de si mismas” a mi en ese momento me
regocijó el comentario ya que me considero del campo y cristiana. Pero no se si
esa felicidad es tan legítima. Creo que como en muchos otros temas se metió el
feminismo hasta los huesos en la sociedad y quienes no compartimos esas ideas quizá
lo dejamos penetrar levemente por algún poro y creemos que mandar, rebelarse y
no callarse es una gran conquista, cuando quizá hemos perdido (aunque sea un
poquito) la inigualable belleza de la esencia femenina, que no es inferior a la
masculina si no diferente, diversa, en aras de otros logros diferentes a los
del hombre. Mujeres hemos perdido algo que nos pertenecía y nos hacía únicas tenemos
que recuperar lo que somos. Fuimos hechas para amar, para entregarnos, somos
intuición, empatía, capacidad de amar y sufrir, de esperar y escuchar, de
comprender, de perdonar, de engendrar y gestar, de “maternar”.
Respecto a
esto pongo a consideración un tema bien polémico: La sumisión de la mujer. Este
es el titulo de un best seller italiano su autora es Costanza Miriano a
continuación dejo una entrevista que dio hace un tiempo. No se enojen lean
hasta el final jeje…
La sumisión de la
mujer
La
controvertida frase de san Pablo a los Efesios, “Esposas, estad sujetas a
vuestros maridos”, fue la inspiración de un best-seller italiano en el 2011: Sposati e sii sottomessa: Pratica estrema
per donne senza paura (Vallecchi): Casada y sumisa: práctica
extrema para mujeres sin miedo. Costanza Miriano, su autora, está convencida de
que muchos conflictos
matrimoniales podrían resolverse si la mujer entiende su verdadero talento como
esposa y madre: la
sumisión del servicio. Los ejemplares de su libro pasan de mano
en mano entre muchas italianas.
- ¿Qué inspiró su libro?
- Fue una casualidad. Pasaba muchas horas en el teléfono, intentando convencer a una amiga de que se casara. Cuando le conté la historia de mi amiga a un colega, le expliqué que las expectativas de mi amiga sobre el matrimonio eran irreales; en muchos aspectos, era el novio quien tenía la razón. Veía que ellos podían ser felices juntos, pero no se decidían a comenzar esa felicidad por culpa de las ideas erradas que hoy tenemos sobre el amor y el matrimonio. Le dije también que la mujer tiene que ser capaz de mediar, de unir, en vez de dividir. A él le llamaron la atención mis ideas y me puso en contacto con la editorial.
- ¿Por qué cuesta hoy ese rol de unir?
- La mujer ha luchado tanto por la emancipación que, de paso, ha perdido un poco su identidad profunda, ese ‘genio femenino’, como lo llamaba Wojtyla en la encíclica Mulieris dignitatem.
- Hablar de ser ‘sumisas’ es muy osado. ¿Por qué eligió esta palabra?
- Yo no la elegí. Lo tomé de la carta de san Pablo a los Efesios. Parece una palabra ofensiva para nosotras, las mujeres de hoy, que no queremos renunciar a la lógica del poder. Sin embargo, la sumisión indica otra lógica: la del servicio recíproco, que es el servicio al que está llamada la mujer.
- ¿Qué inspiró su libro?
- Fue una casualidad. Pasaba muchas horas en el teléfono, intentando convencer a una amiga de que se casara. Cuando le conté la historia de mi amiga a un colega, le expliqué que las expectativas de mi amiga sobre el matrimonio eran irreales; en muchos aspectos, era el novio quien tenía la razón. Veía que ellos podían ser felices juntos, pero no se decidían a comenzar esa felicidad por culpa de las ideas erradas que hoy tenemos sobre el amor y el matrimonio. Le dije también que la mujer tiene que ser capaz de mediar, de unir, en vez de dividir. A él le llamaron la atención mis ideas y me puso en contacto con la editorial.
- ¿Por qué cuesta hoy ese rol de unir?
- La mujer ha luchado tanto por la emancipación que, de paso, ha perdido un poco su identidad profunda, ese ‘genio femenino’, como lo llamaba Wojtyla en la encíclica Mulieris dignitatem.
- Hablar de ser ‘sumisas’ es muy osado. ¿Por qué eligió esta palabra?
- Yo no la elegí. Lo tomé de la carta de san Pablo a los Efesios. Parece una palabra ofensiva para nosotras, las mujeres de hoy, que no queremos renunciar a la lógica del poder. Sin embargo, la sumisión indica otra lógica: la del servicio recíproco, que es el servicio al que está llamada la mujer.
-
Entonces, ¿el hombre domina?
El hombre está llamado a servir de una manera diferente: debe estar “listo a morir por su esposa, como Cristo murió por la Iglesia”. Su papel no es más fácil que el nuestro.
- ¿Qué significa ser sumisas?
- San Pablo nos recuerda que a las mujeres nos gusta controlarlo todo, decir la última palabra, manipular por detrás. Ser sumisas significa, literalmente, estar por debajo para ser el apoyo de todos los miembros de la familia, para acompañar a los más débiles. Es una cualidad propiamente femenina, a pesar de lo que diga la revolución feminista.
- ¿Puede ser feliz una mujer sumisa?
- Es nuestro verdadero talento. Podemos trabajar y tener mucho más éxito, pero lo que mejor sabemos hacer, y lo que responde a los deseos más profundos de nuestro corazón, es esa capacidad de servir y unir a las personas. El amor de la mujer es más altruista y lleva al hombre a “salir” de sí, mientras que la mujer recibe (la relación física es una representación de lo espiritual). Los hombres y las mujeres necesitan recuperar esos talentos específicos pues se complementan entre sí.
- ¿Cómo es una buena esposa?
- Una buena esposa sabe acoger con dulzura y paciencia. Mira a su marido desde un punto de vista positivo y acepta como bueno lo que viene de él. Pospone la confrontación: controla sus emociones y espera. Y nunca, jamás, contradice al padre delante de los hijos.
- ¿Se puede aprender a ser así?
- Tenemos un modelo: la Señora de la Medalla Milagrosa, con las manos y los brazos abiertos para recibir lo que le llega. Y debajo de sus pies, la serpiente –que es nuestra lengua– siempre dispuesta a criticar, a ver lo malo, a hacer hincapié en lo que falta.
- ¿Qué le aconsejaría a una joven para tener un matrimonio más pleno?
- Muchas jóvenes están decepcionadas porque hoy tenemos muchas exigencias del matrimonio. Anteriormente, el matrimonio era un medio para encontrar una casa; ahora queremos ser felices. Esto es razonable, pero debemos aceptar nuestras limitaciones y las del otro. El amor no es un sentimiento, es una decisión. Nos adherimos libremente, con toda nuestra voluntad, a elegir a una persona de por vida. Habrá momentos aburridos, pero tenemos que entrenar los ojos para descubrir la belleza inimaginable de la vida cotidiana. Quien salta de una historia a otra y no tiene el coraje de subir las cuestas, no puede ni soñar lo que es posible.
- ¿Cuál es el principal reto que presenta el matrimonio en la actualidad?
- Dios ha desaparecido del horizonte y sin Dios, es imposible pensar en algo que sea para siempre. Anteriormente primaban las tradiciones y la gente se mantenía firme. Hoy, la idea de ser infiel, de seguir nuestros instintos, es el aire que respiramos. Hay como una conspiración en contra de la familia y solo la Iglesia da la batalla cultural por nosotros.
- ¿Qué cambio está provocando su libro entre las mujeres italianas?
- He recibido cartas de mujeres que dicen que les ayudó a cambiar su vida matrimonial. Muchas me agradecen porque han aprendido a querer mejor a sus maridos; algunas han decidido casarse; otras, han superado una crisis; y muchas católicas dicen que ciertas cosas no se escuchan ya en círculos religiosos, mientras que mi visión, la de San Pablo, es la que responde a los deseos profundos de sus corazones.
¿Está preparando otro libro?
Sí, estoy analizando la siguiente frase de san Pablo a los Efesios: “Maridos, estad dispuesto a morir por vuestras esposas...”. Si la mujer tiende a controlarlo todo, el hombre tiende al egoísmo. Por eso su llamada es la del heroísmo. El próximo libro es para ellos.
El hombre está llamado a servir de una manera diferente: debe estar “listo a morir por su esposa, como Cristo murió por la Iglesia”. Su papel no es más fácil que el nuestro.
- ¿Qué significa ser sumisas?
- San Pablo nos recuerda que a las mujeres nos gusta controlarlo todo, decir la última palabra, manipular por detrás. Ser sumisas significa, literalmente, estar por debajo para ser el apoyo de todos los miembros de la familia, para acompañar a los más débiles. Es una cualidad propiamente femenina, a pesar de lo que diga la revolución feminista.
- ¿Puede ser feliz una mujer sumisa?
- Es nuestro verdadero talento. Podemos trabajar y tener mucho más éxito, pero lo que mejor sabemos hacer, y lo que responde a los deseos más profundos de nuestro corazón, es esa capacidad de servir y unir a las personas. El amor de la mujer es más altruista y lleva al hombre a “salir” de sí, mientras que la mujer recibe (la relación física es una representación de lo espiritual). Los hombres y las mujeres necesitan recuperar esos talentos específicos pues se complementan entre sí.
- ¿Cómo es una buena esposa?
- Una buena esposa sabe acoger con dulzura y paciencia. Mira a su marido desde un punto de vista positivo y acepta como bueno lo que viene de él. Pospone la confrontación: controla sus emociones y espera. Y nunca, jamás, contradice al padre delante de los hijos.
- ¿Se puede aprender a ser así?
- Tenemos un modelo: la Señora de la Medalla Milagrosa, con las manos y los brazos abiertos para recibir lo que le llega. Y debajo de sus pies, la serpiente –que es nuestra lengua– siempre dispuesta a criticar, a ver lo malo, a hacer hincapié en lo que falta.
- ¿Qué le aconsejaría a una joven para tener un matrimonio más pleno?
- Muchas jóvenes están decepcionadas porque hoy tenemos muchas exigencias del matrimonio. Anteriormente, el matrimonio era un medio para encontrar una casa; ahora queremos ser felices. Esto es razonable, pero debemos aceptar nuestras limitaciones y las del otro. El amor no es un sentimiento, es una decisión. Nos adherimos libremente, con toda nuestra voluntad, a elegir a una persona de por vida. Habrá momentos aburridos, pero tenemos que entrenar los ojos para descubrir la belleza inimaginable de la vida cotidiana. Quien salta de una historia a otra y no tiene el coraje de subir las cuestas, no puede ni soñar lo que es posible.
- ¿Cuál es el principal reto que presenta el matrimonio en la actualidad?
- Dios ha desaparecido del horizonte y sin Dios, es imposible pensar en algo que sea para siempre. Anteriormente primaban las tradiciones y la gente se mantenía firme. Hoy, la idea de ser infiel, de seguir nuestros instintos, es el aire que respiramos. Hay como una conspiración en contra de la familia y solo la Iglesia da la batalla cultural por nosotros.
- ¿Qué cambio está provocando su libro entre las mujeres italianas?
- He recibido cartas de mujeres que dicen que les ayudó a cambiar su vida matrimonial. Muchas me agradecen porque han aprendido a querer mejor a sus maridos; algunas han decidido casarse; otras, han superado una crisis; y muchas católicas dicen que ciertas cosas no se escuchan ya en círculos religiosos, mientras que mi visión, la de San Pablo, es la que responde a los deseos profundos de sus corazones.
¿Está preparando otro libro?
Sí, estoy analizando la siguiente frase de san Pablo a los Efesios: “Maridos, estad dispuesto a morir por vuestras esposas...”. Si la mujer tiende a controlarlo todo, el hombre tiende al egoísmo. Por eso su llamada es la del heroísmo. El próximo libro es para ellos.
En la
respuesta que da sobre la buena esposa, tuve que sonreír, porque generalmente soy
la antítesis de lo que describe pero no puedo negar que me resulta sumamente
inspirador y original lo que nos dice. También es garantía de felicidad, para
los tiempos que corren es revolucionario, no quedamos en un lugar que nos
perjudica sino en consonancia con los deseos profundos del corazón
femenino. En la próxima voy a compartir
un trabajo científico que habla de las diferencias entre el hombre y la mujer.
No ser iguales es maravilloso. Y a mi amigo le agradezco el crédito que nos dió
Hasta la próxima.
Me acordé de estas tarjetitas que en su momento me resultaron muy machistas (están seleccionadas)