viernes, 11 de junio de 2010

Un lugar hinóspito...el tiempo

La muerte de un hijo es el más devastado de los paisajes…

Hace ya alrededor de un mes falleció la hijita de unos amigos de mi hermana, yo no los conozco, ni son nada míos, pero esos padres se me han metido en el corazón y todos los días los tengo presentes y siento algo hondo entre pena, tristeza, agudo dolor y trato de acompañarlos con el pensamiento, el corazón y la oración, puede ser porque tengo hijos, puede ser porque tuve un hijo al borde de la muerte, puede ser porque soy mujer, lo cierto es que antes de ser madre me sucedía lo mismo con estos acontecimientos fuertes y devastadores, especialmente los producidos en forma repentina donde los protagonistas preguntarán adentro suyo millones de veces por qué y vino a mi memoria esta parte de la película del extraño caso de Benjamín Button…


A veces, estamos siendo golpeados sin saber el por qué
Ya Sea de manera accidental o por decisión propia, y no hay nada que puedas hacer ... Como una pluma que mueve la brisa Sin saber a donde irá...

La Mujer de Paris se iba hacer compras pero se olvidaba del abrigo y fue a buscarlo.
Cuando agarraba el abrigo sonó el teléfono, Se detuvo a contestar y hablo por un par de minutos.

Mientras la mujer hablaba por teléfono, Daisy la bailarina ensayaba para una presentación en la Opera de París, y mientras ensayaba.
La mujer que hablaba por teléfono Salía a tomar un taxi.

Un Taxista que acababa de dejar a un cliente, se detuvo a beber un café.
Y todo esto mientras Daisy ensayaba.

Y El taxista que había dejado al cliente y se había tomado un café, recogió a la mujer que iba de compras, y que había perdido el taxi anterior por olvidar su abrigo.

El Taxista tuvo que detenerse por un hombre que cruzaba la calle, que iba a trabajar 5 minutos más tarde de lo habitual, por que había olvidado ponerse el despertador.

Mientras ese hombre que llegaba tarde al trabajo cruzaba la calle, Daisy había terminado su ensayo y tomaba una ducha.

Mientras Daisy se bañaba, el Taxista esperaba delante de una tienda a que la mujer recogiera un paquete que no estaba envuelto aun, por que la chica que se suponía debía hacerlo, había peleado con su novio la noche anterior y lo olvido.

El paquete fue envuelto y la mujer regresó al taxi, que fue bloqueado mientras salía por un camión de entrega, mientras Daisy se vestía.

El Camión de entrega salió y el taxista pudo moverse, mientras Daisy la ultima en vestirse esperaba a una de sus amigas que se le había roto un cordón de su zapato

Mientras el taxi se detuvo por la luz del semáforo, Daisy y su amiga salían por detrás del teatro

Si Solo una cosa hubiera ocurrido diferente, Si el cordón no se hubiera roto

O el camión de entrega se hubiera movido antes.

O el paquete ya hubiera estado en vuelto, porque la chica no hubiera roto con su novio

O el hombre hubiera puesto el despertador y salido 5 minutos antes

O Si el taxista no se hubiera detenido por un café

O Si la mujer hubiera recordado el abrigo y hubiera tomado el primer taxi
Daisy y su amiga habrían cruzado la calle, y el taxi habría pasado al lado de ellas

Pero Siendo la Vida como es una serie de imprevistos incidentes te alcanzan,
y sin el control de nadie, ese taxi no paso al lado de ellas, sino que el taxista se distrajo un momento antes y el taxi atropello a Daisy y su pierna fue aplastada.


Este fragmento de la película es el que mas me gusta, por la belleza de sus palabras y también por la maravillosa descripción del tiempo, de los sincronismos de lo inexplicable (o si) e inexorable que puede ser un suceso y cuánto valor tiene lo que hacemos o no hacemos, decimos o callamos, olvidamos o recordamos. Remite un poquito al aletear de mariposas del principio. Pero para no quedarnos en esto tan difícil e inentendible veamos un poquito qué es la Providencia e intentemos algunas respuestas.

La Providencia Divina, la libertad del hombre y el mal
Dios no solamente crea todas las cosas sino que también las gobierna, guiándolas a su fin de modo infalible.
Esta verdad parece oponerse a otras dos verdades de experiencia: la existencia de la libertad creada y la existencia del mal en el mundo.
¿Cómo puede ser que Dios gobierne infaliblemente al mundo y al mismo tiempo los hombres seamos libres? Si desde toda la eternidad Dios había previsto que nosotros íbamos a estar reunidos acá en este momento, si Dios causó infaliblemente las cosas para que así sucediera, ¿Cómo puede ser que nosotros hayamos concurrido acá libremente y no obligados por los designios infalibles de Dios?
Podemos decir que la providencia se manifiesta ante todo en esta 'conservación'. La providencia significa la constante e ininterrumpida presencia de Dios como creador, en toda la creación: una presencia de Dios que continuamente crea y continuamente llega a las raíces más profundas de todo lo que existe, p ara actuar allí como causa primera del ser y del actuar. Notar como es creador del actuar, por lo que se plantea el problema de la libertad creada.
Entonces
¿Cómo se conjuga la acción omnipotente de Dios con nuestra libertad, y nuestra libertad con sus proyectos inefables? ¿Cuál será nuestro destino futuro? ¿Cómo interpretar y reconocer su infinita bondad y su sabiduría ante los males del mundo; ante el mal moral del pecado y el sufrimiento humano?
Tenemos entonces que la libertad es esencial a la providencia. Sólo la criatura libre es la que puede unirse a Dios, y la creación meramente corpórea alcanza el camino de la plenitud definitiva cuando el hombre usa libremente de ella para el fin para el cual ha sido creado. El hincapié lo ponemos en esto: la libertad creada es esencial al plan de la providencia divina; sin la existencia de la libertad creada ninguna criatura (ya sea las libres como las no libres) puede alcanzar su fin.
Así afirma Juan Pablo II: El respeto de la libertad creada es tan esencial que Dios permite en su Providencia incluso el pecado del hombre. La criatura racional, excelsa entre todas, pero siempre limitada e imperfecta, puede hacer mal uso de su libertad, la puede emplear contra Dios, su Creador.
En el mundo, en el cual el hombre ha sido creado como ser racional y libre, el pecado no solo era una posibilidad, se ha confirmado como un hecho real desde el comienzo. El pecado es oposición radical a Dios, es aquello que Dios de modo decidido y absoluto no quiere. No obstante, lo ha permitido creando los ser es libres, creando al hombre. Ha permitido el pecado que es consecuencia del mal uso de la libertad creada. De este hecho podemos deducir que, a los ojos de la sabiduría trascendente de Dios, en la perspectiva de la finalidad de toda la creación, es más importante que en el mundo creado hubiera libertad, aun con el riesgo de su mal empleo, que privar de ella al mundo para excluir la posibilidad del pecado. ( Creo en Dios Padre p. 239).
Y continúa el papa: Dios providente, si, por una parte, ha permitido el pecado, por otra, en cambio, con amorosa solicitud de Padre ha previsto desde siempre el camino de la reparación, de la redención, de la justificación y de la salvación mediante el Amor. Realmente la libertad se ordena al amor: sin libertad no puede haber amor. Y en la lucha entre el bien y el mal, entre el pecado y la redención, la última palabra la tendrá el amor.

Observamos que si bien el papa afirma que todo mal no es como tal querido por Dios, sino sólo permitido, pone una gran diferencia entre el mal físico y el mal moral. De este último dice el papa que Dios decidida y absolutamente Dios no lo quiere. Además dice que el mal no es 'como tal' querido por Dios. Hay pues una clara diferencia de expresiones en referencia al mal físico y al mal moral. Se ve entonces que esta formulación del papa es equivalente a la de Santo Tomás en donde afirma que el mal físico es querido por Dios sólo por cierto bien que trae anejo, mientras que el mal moral no lo quiere para nada, sino que sólo lo permite.
Está bien aclarado cual es el porqué de la permisión del mal físico: hace a una perfección mayor del universo. Para que pueda existir este orden que observamos en la creación es necesario que unos seres mueran para que den lugar a otros. Esto implica una cierta naturaleza corruptible en los seres creados que los hace capaces de enfermedades y carencias. Esto vale también para el hombre. Si los hombres no muriesen no dejarían lugar a otros. La muerte física del hombre permite la existencia de muchos hombres para los cuales esta vida es sólo un tránsito.
Ahora bien: ¿Cuál es el sentido del mal moral?
Dice el papa que la luz definitiva - a este problema - sólo nos puede venir de la cruz victoriosa de Cristo. (Creo en Dios Padre, p. 250). A la pregunta sobre cómo conciliar el mal y sufrimiento en el mundo con la verdad de la Providencia Divina, no se puede ofrecer una respuesta definitiva sin hacer referencia a Cristo. (Creo en Dios Padre, p. 251).
El mismo Cristo nos da con su vida la respuesta al sentido del mal. Cristo confirma con su propia vida -en la pobreza, la humillación y la fatiga- y especialmente con su pasión y muerte, que Dios está al lado del hombre en su sufrimiento. Jesús revela al mismo tiempo que este sufrimiento tiene un valor salvífico. (Creo en Dios Padre, p. 251).
El mal y el sufrimiento, soportados, aceptados y ofrecido por amor tiene un valor salvífico.
El hombre es el único ser de la creación corpórea que aún teniendo como fin a Dios tiene un fin en sí mismo. Él está llamado a unirse a Dios mediante el amor, y el acto de amor más perfecto se da con el sufrimiento ofrecido según aquello de que nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. (Jn 15, 13).


Cuánta luz nos da la Verdad, aunque por supuesto, en algunos momentos no nos alcanzarán los argumentos de cien teólogos juntos y le haremos reproches y preguntas duras incluso a Dios (si es que no lo negamos rotundamente). Lo cierto es que las cosas no suceden porque si, por obra del azar y sin motivo.
Los momentos de dolor nos pueden dejar ciegos, sordos, mudos, inválidos, enojados, rotos, destruidos, pero si tomamos fuerza y abrimos un poquito los ojos y los oídos y tratamos de incorporarnos, remendarnos, seguramente Dios traerá la paz. ÉL ES LA UNICA RESPUESTA. Aunque mucho no nos guste porque no cambia lo que sucedió, la fe nos hace confiar que como Dios lo permite es lo mejor.
Yo no soy nadie para hablar así, por eso a continuación transcribo lo que escribió un padre sobre su dolor por uno de sus hijitos muerto…pañuelos al alcance…

Un lugar inhóspito…
Son párrafos del libro “Un dolor extremo”.
Quisiera tener capacidad de poder expresar en palabra escrita los sentimientos que dominan estos tiempos de mi vida. Son tan profundos, que lo siento una quimera. Son tan dolorosos, que me da temor reflotarlo en el papel. Son tan confusos por cuanto contienen alegría y angustia, certeza e incertidumbre, esperanza y ahogo.
Imagino que es difícil para alguien de afuera entenderlo, poder ponerse en este lugar tan inhóspito, al tiempo que tan compartido por cientos de abrazos, mimos, besos, palabras, miradas…
Tanto cariño de tanta gente amiga invade con la misma energía y brutalidad que un torrente de amor. Contagia y alegra, contiene y abruma, pero da una bocanada de alivio y sosiego tal, que siento que mi corazón roto se mueve bruscamente entre la alegría y la extenuación.
Tengo más dudas que certezas, más temores que palancas desde donde arrancar, pero en momentos como estos, una sola certeza es suficiente para animarse a mover montañas.
Sebastián fue feliz. Nosotros lo ayudamos a que lo fuera. Nosotros también lo fuimos con él, y lo seguiremos siendo con nuestros otros siete hermosos hijos que nos han sido prestados.
Tengo la certeza de tener la mejor mujer del mundo. No necesitaba esto para saberlo, pero es un suave y profundo sentimiento indestructible el saberse al lado de una gran mujer, una gran mamá, una extraordinaria persona.
(…)
La tristeza es indescriptible, la angustia, por momentos muy dolorosa, pero en este túnel de llanto, desesperación, impotencia, tengo la certeza de que la luz no está al final, está aquí mismo, en el túnel, solo que no se como prenderla.
No hace falta traspasar el túnel para haber “terminado” con el sufrimiento. Hace falta el coraje de buscar la luz ya mismo, no para tapar, no para esconder, no para protegerse, sino para descubrir el regalo que hemos recibido, y saber que recibirlo significa sacrificio y mucho dolor. Y sobre todo aprender, si es que lo logramos, que somos verdaderamente pequeños, y qué no solo mis hijos no son mis hijos, sino que mi vida no es mi vida. Soy su custodia y guía. Tan sólo eso.
Cuantas teorías de vida empequeñecidas en minutos. Me cansé de teorizar sobre tantas cosas. Sé que lo seguiré haciendo pero con un regalo adicional que no tenía. Algo de entendimiento. No entiendo que pasó. No lo pretendo tampoco. Pero desde el dolor comprendo, de manera más profunda que antes, que la vida es un regalo que debemos aprovechar y revitalizar a cada minuto, cada hora y cada día.
(…)
Sebas, le pido a Dios y te pido que me ayudes toda la vida a ser un buen padre. Tus siete hermanos me necesitan. Te pido que le des a mamá, que tanto te cuidó y te quiso desde que vimos dos rayitas, la fortaleza de ser una madre alegre como la que vos conociste y disfrutaste tanto.
La distancia…
Ahí está el misterio. Quiero tenerte al lado, pero tengo que conformarme con que no estás al lado, estás dentro de mi corazón. Qué paradoja, dentro es más que al lado. Que dureza habrá en mi corazón que no puedo disfrutarte aún…


Nada más para decir… este corazón dolorido, traspasado con lo peor de lo peor ha dicho palabras bellísimas: certeza, sosiego, dolor, profundo, luz, coraje, descubrir, regalo, alegría, amor, custodio y guía, fortaleza, misterio, corazón… este corazón ha hablado con el suave dolor de los que sufren en cruz, es tan hondo y tan hermoso lo que ha dicho que no puedo dejar de llorar pero tambien de admirar.

6 comentarios:

  1. Ma. del Rosario Grimaux11 de junio de 2010, 18:53

    Qué hermoso Laura lo que nos compartes con respecto al dolor y al sufrimiento como redención. Sabes? ya antes de comenzar a leer tu escrito comencé a llorar, al leer "la muerte de un hijo...", debe ser porque soy mamá y ensima tengo otro hijito todavía en mi vientre. Pero además porque hace un rato, alguien con un corazón tan cruel me deseó la muerte de mi bebé antes de nacer, por defender al verdadero Matrimonio y rechazar la unión homosexual por facebook, esas palabras me probocaron mucha angustia apenas las leí. Entonces mientras iba leyendo tu escrito iba rezonando dentro mío "ojalá tu bebé se muera", es muy feo y sobre todo es muy feo saber que exíste gente así.

    La muerte de un hijo es algo inimaginable, causa dolor sólo con pensarlo, lo que será vivirlo, sólo Dios, solamente Dios nos puede sostener en un momento así.

    Gracias por compartir cosas lindas, que alivian el corazón.
    Un beso.

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  2. bueno Maria me alegro, he visto la ola de cosas feas que te han puesto, e suna forma de martirio de este siglo.
    un beso grande y fuerzas!!

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  3. Muy buenop, hermana!!!
    Yo no soy madre, pero no puedo evitar llorar ante tremendo dolor!!!

    Espero y estas palabras sirvan para consolar corazones en pena!!♥♥♥

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  4. hace 4 meses tb perdi mi chikita...mi vida es dificil, dolorosa, pero con fe, la esperanza d volver a ella es mi razon d vivir...hermoso lo q escribiste...me emocioné mucho...

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  5. querida/o "Anonimo" mucha fuerza, te tengo en mis oraciones, mucho no te puedo decir, gracias por vivir, seguir viviendo por la esperanza. este mundo (a veces lugar hinospito) necesita de estos bellos testimonios el dolor es un misterio...la esperanza es un remedio...con mucho amor

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  6. Laura: no sabía que habías puesto esto. Sinceramente te doy las gracias de corazón, me hizo mucho bien, muchísimo. Estaba buscando la manera de levantar una cruz y de casualete, para chusmear en que andabas pasé por tu blog. Nunca me hubiera imaginado esto que me ayudo tanto, tanto!! Me abre los ojos a DIOS, y como dijo María (chamiza)alivia el corazón!

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